martes, 13 de mayo de 2014

No era poncho, no era pollo, era Pocho.

Tampoco es Pocho la Pantera, aunque no me cabe duda de que podría emular a ese magnífico animal, a la pantera digo no al grasún.

Pero ya estoy empezando mal. A las historias hay que contarlas bien o no hay que contarlas. Y esta empieza así.

De brasil uno toma la a, toma la b, toma la s, le agrega # y le queda #abs2014.  Y si queda #abs2014, eso significa:

Año mundialista, sí señó, y el Sensei en su demente fantasía cree que cuanto más entrenemos más posibilidades hay de que ganemos el mundial.
Y eso estábamos, entrenando los abominables cuando surge algo de un Levosi, Levasi, Lavisi, yo no entendía un carajo porque todo no puedo o entiendo o hago abdominales. Y que Levasi iba derecho a mi galería de FB si yo lo veía.
Emilce sí entendía y declamaba a los cuatro vientos que el tal Lewosky estaba de ida y vuelta al paraíso. Cual coro de ninfas Mater, Marita y yo preguntábamos ¿Quién? ¿Quién?
— Sí —continuaba Emilce— está rebueno.
El Sensei acude en su ayuda y dice que no podemos no saber quién es el Poncho Levasi, que así vamos mal y no llegamos ni a la segunda ronda.
Para ese entonces,  me hallaba muy confundida porque Emy seguía diciendo que Lebinsky estaba para darle y yo grité que nadie llamado Pocho podía calentar a naides. Lo de gritar es un decir, salió como alta exclamación por la fuerza abdominal, ni más ni menos. Acá habría que aclarar la supuesta confusión entre Poncho y Pocho. El Sensei lo había dicho bien (Pocho), pero como a mí no me gustaba automáticamente lo convertí en Poncho, porque un poncho me calienta más que un pocho, sin duda.

A esta altura habíamos establecido que el jugador de mentas respondía al sobrenombre Pocho y se apellida Lavezzi (bueh, lo de -zzi me anoticié al final). Por mi parte Pocho, naaah, no podés.
Mater, a mi izquierda en su momento Tutú-ninja, profiere que deberíamos encomendarnos al Pollo Levasi y ahí todo se descontroló. Y no contenta con eso, agrega:
— Cuando lo gugleemos va a salir "quizás quiso decir"...

Y efectivamente, he aquí.
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Termina la clase, gugleo. El Sensei al lado mío, mientras digo bajito Poncho Lavesi, se caga de risa y me corrije, Pocho Lavezzi con z.
Aparece foto, digo que nada que ver, que Emy mandó fruta. Emy viene, mira y dice que bueh, que sí que ahí no pero que busque. Y busqué.


Estemmm. Tiene un problemita con el pantalón, Poncho-Pollo-Pocho Lebowsky. 
No se te cae del todo, papito. ¿Querés que te ayude?

lunes, 5 de mayo de 2014

Oh tú que te amañas con la sinuosidad de nuestras siluetas generosas

Oh bienaventurado San Leo, Santo querido del lirio y de la rosa, tú que vives y transformas la materia,
aparta de nos la medialuna de grasa, el choripán y a la Stella, el demonio de los mil nombres. Que nada escape a tu compasiva demostración de fuerza: que los panes no se multipliquen entre los que no deben, que los chacinados se hacinen en el averno, que el carbohidrato no se combine jamás con la proteína y que sean nuestros sólo los Omega3,6 y 9, y si has de aceitarnos que sea con uno de oliva de primera prensada en frío y no dejes de lado el de canola, que dicen que es genial.
Oh bienaventurado, Santo patrono del descenso en varios tiempos, tú que has hecho de la batalla contra el triple michelín una cruzada que nos elevará a la gloria del Penduleo controlado, a ti te pedimos que intercedas por nosotros, pobres almas portadoras del gen xl y sus variantes nefastas, ante nuestro único Dios que vive y reina en el Sacrosanto Recinto del Penduleísmo, Él, el que vive al servicio de la Pendulesitud, que no es otro que Pendulman, para que por medio de tu intervención recibamos su gracia divina, el don de la flexión y el estiramiento, la suprema vocación por el appetizer sano, y a falta de sus largas piernas, que nos conceda resistencia y santa devoción por el anaerobismo y el aerobismo y las demás cosas sin nombres o tantos ellos que no podemos aquí repetirlos, so pena de incurrir en injuria.
Que Pendulman te tenga en su santo costado, que La Gioco te insufle el divino aire de las plazas y que Mater te bendiga con el bastón en una mano y la pelotita en otra. Amén.

Por si no quedó claro, San leo, y para no cagarte a pedos, hacenos bajar de peso, porque sino ni la Cele te salva con un beso.