miércoles, 30 de abril de 2014

Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus

Varias cosas pasaron en estos días en el inconmensurable territorio de la Pendulesitud. El latín, por ejemplo, que no nos abandona. Ya volveremos sobre ello o no. La cuestión es que tanta palabra recoleta, musical y misteriosa tiene que ver con el misticismo que, de pronto, nos acogió en la infinita dimensión del Penduleo controlado, un día de esos.

Todo comenzó con inocencia. Todo comienza así en ese rectángulo del tercer piso en la calle Larrea, pero deriva en orgiásticos comentarios, apasionadas carcajadas cómplices y ojos llenos de risa hasta las lágrimas.

Leo es un Tutú-ninja, "el Tutú-ninja", el único de nosotros que ha logrado transformar la materia mediante el cambio de hábito. Todavía le falta pero el resto de nosotros estamos a años luz de su compromiso y entrega. So, que investida del poder que me da la Pendulesitud, lo declaré santo. San Leo, santo patrono de la andorga disminuida, esperanza y factótum del Movimiento Octogonal, ejemplo suburbano y adyacente del triunfo sobre la sinuosa protuberancia, de ese relieve turgente que nos caracteriza a los Tutú-ninjas. San Leo es el vivo paradigma del logro esquivo, ese que tuerce la aguja de la balanza un día sí y tres no.
Es una maldita patada en las bolas porque te deja sin excusas y amo eso.

Y todo esto empezó porque lo saludé con muchísimo entusiasmo y le dije que había que hacerle una estampita, la estampita de San Leo. Todos se rieron, casi les diría, como si no me hubieran tomado en serio y les dije que yo ya estaba ducha en esto de generar santos milagrosos y les hablé de San Dalias. Lo cual generó risas pero nada de respeto y para reivindicar a San Dalias antes de encomendar mi creatividad al dios del Penduleo Controlado y pergeñar el texto de la oración a San leo, les voy a presentar acá a San Dalias y todo lo que se generó alrededor.

He aquí la oración de San Dalias, les recomiendo leer los comentarios del posto (la palabra posto es un vínculo). 
"Oh!, San Dalias milagrosas, 

oh! San Dalias milagreras, 

Patrono de todas las cosas 

aún de las contreras, 

concédeme este deseo milagroso, 

concédeme este deseo milagrero, 

aunque suene poco piadoso

y un tanto rastrero,

enséñame la luz y el camino:

ya que te pido con devoción

que no se nos pique el vino

y termine el apagón!"
 

Otro ejemplo de mi vocación   devota, es la Oración de la Matrix, que gracias a la inspiración de San Dalias, acudió a mí y se vertió en palabras en ocasión del cumpleblog de Amor profano. Quien desee leerla no tiene más que seguir el vínculo: ORACIÓN DE LA MATRIX

Esa misma inspiración le pido ahora para que me ilumine y puedan  surgir como agua de manantial las benditas palabras que le hagan justicia al querido San Leo, el paladín de la lucha contra el triple michelin.

Pero avancemos. Ese día, el espíritu vivaz de San Dalias bajó y fue ágape. Tomó al Sensei, lo iluminó y quitó de él la materia oscura:
Una legión de ángeles conquistó el lugar y batalló hasta que purificó el cuerpo y la mente del Sensei quien con su espíritu liberado, en profunda conexión con la Pendulesitud, se irguió ante nosotros en toda su espléndida altura y con una voz que no era de este mundo dijo:
La Pendulesitud tiene un sistema de creencia llamado Penduleísmo y el Penduleísmo tiene un dios...
—Ay no -susurré- lo va a decir.
¿Quién es el dios? rugía como podía la muchedumbre agotada en el medio del abdominal combinado con saludo a los dioses.
Yo soy el Dios del Penduleísmo, Pendulman!!
—Y lo dijo nomás.

Quedó así instituida una religión y un dios, que como todo dios se autoproclamó de la manera menos democrática posible, dios que hoy (o ayer más bien) se manifestó en toda su crueldad, con esta dupla:
isotónico/isométrico. En lenguaje liso y llano: nos hizo mierda.
En qué consiste...a ver si lo puedo explicar con mis palabras. Los ejercicios isotónicos suponen trabajo articular y el acortamiento o extensión de los músculos. Por ejemplo, las sentadillas que hicimos en la barra. Pero a esas sentadillas, le agregamos un ejercicio isométrico. Ahí no había ni acortamiento ni extensión del músculo sino tensión al sostener X tiempo la sentadilla. De esa manera aumentamos fuerza y resistencia muscular sin movernos.
Eso mismo con abdominales. Un dios que se precie es odiado por la multitud, a veces, si señó.

Sin embargo, antes de la guachada, hubo un momento kodak. Siempre hay charla antes de. Una de las Tutú-ninja confesó que derrapó, estaba muy entristecida por eso y el Sensei aportaba cordura, contención y consejo atinado. Pero el aporte fundamental lo hizo San Leo. Contó que a él le sirve mirarse en el espejo, hablarle a su reflejo y comprometerse día a día. Con lo difícil que es mirarse en el espejo, dijo. Silencio.
—Sos groso, Leo —dijo el Sensei, con una expresión que pone pocas veces. Porque pocas veces se permite ir más allá de su rol.

Leo tiene una cosa muy humilde* y una mirada buena. ¿Cómo no hacerlo nuestro santo patrono? Pero, santo o no, a él también lo tiene echando chispas.

En la segunda parte, nuestras almas encerradas en lo que quedó de nuestros cuerpos, se entregaron al cuidado de Mater. Ah, Mater! Nunca me van a alcanzar las palabras para hablar de ella y su bondad rara. Rara porque para llegar a su bondad hay que atravesar primero su maldad. Esta vez nos dio con los bastones. Parece peor de lo que se lee. Sí. Pero acá lo importante es el después, que, a diferencia de lo que sostiene Sabina, no son despojos. Después de Mater recuperamos algo similar a la humanidad.
Y en ese proceso estábamos cuando, en el medio de mi duermevela, los escucho al Sensei y a George.
En esa hora y media pasa  de todo y siempre tenemos nuestro momento cultural. Esta vez le tocó a Umberto Eco y su nombre de la rosa. No me acuerdo que dijeron, pero algo discutieron y salta la frase final del libro que es y no casualmente, el título de este post.

Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus

Entre tantos que somos, entre tantos sentidos, entre tanto nominado y sin nombre, entre el misterio compartido, entre lo que se repite una y otra vez, aún cuando se calla; entre reflejos y lágrimas, en este camino que elegimos, en esta pendulesitud nuestra de cada día, acá también, de la rosa solo queda el nombre desnudo.

* humildad
f. Actitud de la persona que no presume de sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades y actúa sin orgullo.

martes, 8 de abril de 2014

Duda que es cruel y es mucha

Vuelvo y me encuentro con la novedad de que habrá una novedad para la edición 2014 de Prosam en zapatillas. Pregunté cuál pero el Sensei no quiso decir nada. So, me acerqué y con mi mejor cara de amedrantamiento, tomándolo de las solapas, incluso, lo conminé a decirme. En la fracción de segundo que duró su ausencia de respuesta le dije que ya sabía, que me imaginaba, que iba a venir alguien a dar parte de la clase. Mmmm...silencio elocuente y mirada. Redoblé la apuesta y casi le grité:
-Ya sé, algunos de los divinerrimos que subimos a la página del penduleo.

Hubo como una especie de titubeo. Así que hasta que la realidad no demuestre lo contrario puede venir éste:
O éste:

Por qué no éste:

También él:


O él, un poco pequeño pero, la verdad, no me importa:



Y por qué no un grupete olímpico:


Alguien que te transporte, rápido y furioso:


Podríamos decantarnos por alguien que sepa hacer un buen centro:


O uno así:




No sé Sensei, hay muchísimas posibilidades, esmerate, ocupate y aplicate. Las Tutú-ninjas nos merecemos esto y más. Y para los chicos, bueno, no sé, que se arreglen. Nosotras cantamos pri, Emilce y yo sobretodo.