miércoles, 5 de diciembre de 2012

Hay cada altar

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Esta es la vida del tutú ninja: sudor y dolor. Dolor y sudor. Lo mires como lo mires, esa es. Nos inmolamos en el altar del wellness. Parece loco pero es así, hay que atravesar el dolor para llegar al bienestar.

Ayer Mater estaba pero no estaba, so, descansamos en la infinita sabiduría e infinita saña del Sensei, porque, sepalón, es hora de decirlo, él todo lo hace adrede.

La cosa es que hacemos esas cosas que muestra el dibujito. Y otras más, que nos dejaron a Grace y a mí los cuádriceps en estado de alerta y movilización...No, en estado de alerta vivimos desde que nos movilizan dos veces a la semana. Los cuádriceps nos quedaron y gracias. Y a mí me siguen doliendo hoy, el maldito Sensei tenía razón, ese me conoce como si me hubiera parido, che. No chequeé con Grace, habría que ver cómo está hoy. La ausencia de quejidos teológicos por parte de George y Laura, podrían ser un indicio de que a ellos los cuádriceps no les pasaron factura.

Este es un post sobre nada, sólo para quejarme, que para algo tengo blogs varios, para hacer catarsis, canejo. Carajo. Eso.

Talviernes, que la Pendulesitud les acompañe y les provea.