martes, 20 de noviembre de 2012

De co...(mer) ni hablamos



La pirámide de la salud está claramente influenciada por el Sensei. Mater es más benigna en ese aspecto. Ella nos da los vasitos con agua.

El alpedismo está desaconsejado, ahí lo dice: descanso o inactividad, ok, hacelo pero con moderación. Yo vengo moderada por inconvenientes de índole personal y social, lo que da una inactividad pendular de tres al hilo. Bueh, al hilo, al hilo porái otras cosas, digamos dos veces la semana pasada y una hoy. Una cagada.

Como observarán,  si hacen click en el dibujito se agranda, la imagen explica lo que Mater y Sensei machacan sin descanso. Esto vendría a ser el superpenduyó ilustrado, acá están todas las directivas de una vida dedicada a la pendulesitud, a través de la práctica del penduleo controlado. Notarán también que no hay pausa ni para un méndrugo miserable. Aunque, tal vez, si damos vuelta la imagen haya dibujada una latita de Ensure, algún complemento vitamínico, una comidita de esas nuevas que se enrolan en la gastronomía molecular, unos arándanos deshidratados que dicen son la panacea de vaya dios a saber qué.

La cuestión es que en esta pirámide dichosa se han olvidado de mencionar que al besar en la boca movemos 34 músculos a la vez ¡y ahora entiendo por qué Mater nos hace hacer esos ejercicios con la trompa! Ajajá, pillina. Y liberamos oxitocina,esa hormona que nos pone la piel incandescente y nos hace buscar la petite mort, que lamentablemente no siempre conseguimos.

Tampoco menciona la cantidad de calorías que quemamos al entregarnos a una apasionada sesión de sexo: entre 500 y 900. So... Y a eso le podemos agregar que por beso, unas 50. No hay ni qué pensar.

El que sepa dibujar agregue los faltantes, se olvidaron de lo más divertido!



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