miércoles, 5 de diciembre de 2012

Hay cada altar

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Esta es la vida del tutú ninja: sudor y dolor. Dolor y sudor. Lo mires como lo mires, esa es. Nos inmolamos en el altar del wellness. Parece loco pero es así, hay que atravesar el dolor para llegar al bienestar.

Ayer Mater estaba pero no estaba, so, descansamos en la infinita sabiduría e infinita saña del Sensei, porque, sepalón, es hora de decirlo, él todo lo hace adrede.

La cosa es que hacemos esas cosas que muestra el dibujito. Y otras más, que nos dejaron a Grace y a mí los cuádriceps en estado de alerta y movilización...No, en estado de alerta vivimos desde que nos movilizan dos veces a la semana. Los cuádriceps nos quedaron y gracias. Y a mí me siguen doliendo hoy, el maldito Sensei tenía razón, ese me conoce como si me hubiera parido, che. No chequeé con Grace, habría que ver cómo está hoy. La ausencia de quejidos teológicos por parte de George y Laura, podrían ser un indicio de que a ellos los cuádriceps no les pasaron factura.

Este es un post sobre nada, sólo para quejarme, que para algo tengo blogs varios, para hacer catarsis, canejo. Carajo. Eso.

Talviernes, que la Pendulesitud les acompañe y les provea.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Prosam en zapatillas

Tercera  muestra anual de los talleres del área de Trastornos de la conducta alimentaria que realiza la Fundación Prosam.

Los tutú ninjas seremos los felices participantes del taller de gym y les brindaremos a los concurrentes una muestra de lo que somos capaces de hacer bajo la guía de nuestros Shifus: el Sensei Dragón Cronopio y Mater Pato.

Nada queda fuera de nuestra intención. Ea ea! creyeron que iba a decir de nuestro alcance, no lo nieguen, les vi el rictus. De nuestro alcance quedan afuera muchas cosas pero de nuestras intenciones no y eso es lo que nos hace mejorar día a día. Y justo hoy llegué a la mitad de una explicación que da cuenta de esto y que se apoya en el interval training. La idea es no hacer el esfuerzo máximo sino trabajar a una menor potencia en intervalos. En las pausas de recuperación es donde se registran las mejoras que ayudan a que el rendimiento final sea superior al que se da en el esfuerzo máximo. O algo así. Si lo entendí mal, el Sensei lo explicará en un comentario.
Me fui al carajo como siempre.

La cosa es que vamos decididos a deslumbrar a la audiencia con el doble  objetivo de lograr que se sumen más personas a nuestro taller y ganar fans para la página y/o el blog.

Están advertidos. Y ahora pónganse las zapatillas y a mover el bote.




martes, 20 de noviembre de 2012

De co...(mer) ni hablamos



La pirámide de la salud está claramente influenciada por el Sensei. Mater es más benigna en ese aspecto. Ella nos da los vasitos con agua.

El alpedismo está desaconsejado, ahí lo dice: descanso o inactividad, ok, hacelo pero con moderación. Yo vengo moderada por inconvenientes de índole personal y social, lo que da una inactividad pendular de tres al hilo. Bueh, al hilo, al hilo porái otras cosas, digamos dos veces la semana pasada y una hoy. Una cagada.

Como observarán,  si hacen click en el dibujito se agranda, la imagen explica lo que Mater y Sensei machacan sin descanso. Esto vendría a ser el superpenduyó ilustrado, acá están todas las directivas de una vida dedicada a la pendulesitud, a través de la práctica del penduleo controlado. Notarán también que no hay pausa ni para un méndrugo miserable. Aunque, tal vez, si damos vuelta la imagen haya dibujada una latita de Ensure, algún complemento vitamínico, una comidita de esas nuevas que se enrolan en la gastronomía molecular, unos arándanos deshidratados que dicen son la panacea de vaya dios a saber qué.

La cuestión es que en esta pirámide dichosa se han olvidado de mencionar que al besar en la boca movemos 34 músculos a la vez ¡y ahora entiendo por qué Mater nos hace hacer esos ejercicios con la trompa! Ajajá, pillina. Y liberamos oxitocina,esa hormona que nos pone la piel incandescente y nos hace buscar la petite mort, que lamentablemente no siempre conseguimos.

Tampoco menciona la cantidad de calorías que quemamos al entregarnos a una apasionada sesión de sexo: entre 500 y 900. So... Y a eso le podemos agregar que por beso, unas 50. No hay ni qué pensar.

El que sepa dibujar agregue los faltantes, se olvidaron de lo más divertido!



jueves, 15 de noviembre de 2012

Once in a blue moon

O cada muerte de obispo, pa' castellanizar la cosa. Pero queda lindo, ¿no?, romántico... once in a blue moon...
En realidad el stretching tiene poco de romántico y mucho de dolor. Y el dolor no es romántico por definición, a no ser que seas amante del bondage o la versión extrema que junta todo, bondage, disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo, tons, no te digo romántico pero una cosa rara, mezcla de museta y de mimí, que encuentra lo que busca en todo eso que nombré (y confesá, quién no se dejó atar o ató al otro y demases...). Peeeerooo, si lo pensás bien en la elongación hay disciplina y un poquito de masoquismo porque nos estamos exponiendo voluntariamente al dolor. Aunque hay que reconocer que es por una buena causa y que el resultado final es muy placentero. Sip, la gym es sexy, no hay dudas.
El tema es que el Sensei cumplió su promesa y tuvimos dos clases de stretching, ¡ta tan! con música. Un mix onda chill out, Jarre, Enigma y alguna cosa más tipo acid jazz pero más tranqui. Definitivamente, flasheé con la mixtura.
 Y así como es un placer pendulear con Mater y su música, lo fue con el Sensei cronopio.

Ir más allá del dolor, dice Jules, implica confianza en nuestro cuerpo. Y agrega que pudimos hacerlo porque comprobamos los límites. Estábamos listos para ir más allá del dolor. Se me viene la frase de Friedrich Nietzsche a la punta de los dedos, "todo lo que se hace por amor se hace más allá del bien y del mal", y algo o mucho de eso hay en esta búsqueda implacable de algunos, de los que necesitamos reencontrarnos en un cuerpo más amigable, qué se yo, algo así como meter el alma en una forma buscada por nosotros mismos, hecha a imagen y semejanza de nuestras experiencias. Y el Sensei demostró ser bueno también en eso de hacernos cruzar rayitas divisorias, una Línea Maginot pero del propio cuerpo.

Los otros días pensaba que el Sensei, sobre todo y también Mater -pero más el Sensei- es/son una especie de Pigmalión con dos Galateas raras (George y Jorge, respectivamente) y otras Galateas más normalitas o todo lo normalita que puede ser una Tutú ninja. Nos esculpe. Nos informa. Los dos nos motivan.

La cosa es que, once in a blue moon, o sea, muy raramente, el Sensei nos musicaliza, nos demanda un esfuerzo que podemos dar y nos pone casi casi en los brazos de Morfeo  (ya que estamos tan mitológicamente griegos) y lo hace con una música que te deja la piel como fuego líquido y oliendo a ámbar y sudor.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Queremos tanto a Mater

Es sabido por todos que cuando penduleamos con Mater, lo hacemos con música. Será porque ella es músicoterapeuta, no sé. La cosa es que nos dejamos envolver por los acordes que ella ha elegido para la ocasión. Y lo que hacemos es, en una parte, bien parecido a esto:


Mater nos lleva a lo que sobrevive de primitivo en nosotros, esa cosa atávica sale, se pasea...en algún punto, nos posee. Y está bueno. Es como darle permiso para salir a jugar al salvaje que llevamos adentro. Y ahora que lo pienso, no sé bien por qué hago una relación tan directa entre salvaje y libertad. 
La cosa es que hay algo muy liberador en la forma de movernos con Mater  -mirá, ahí estaba la relación- y lo apreciamos mucho. 
Mater goza cuando penduleamos con música. Se le nota en la cara, en la sonrisa permanente, en la mirada cuando se fija en lo que hacemos y cómo. Entonces, nuestro placer (al menos el mío), es doble.
Hicimos sillas ese día, Marta y yo estábamos coordinadas a tal punto que nuestros movimientos parecían ensayados. Un placer. Es impresionante lo que los sonidos suscitan en los sentidos.
Así anduvimos, un rato siendo en la música y otro rato en las colchonetas. Yo estaba al lado de George, pero como estábamos trabajando con la mirada también no podía verlo, pero sí escuchaba. Teníamos que hacer un ejercicio con las pìernas, no recuerdo bien cuál de todos, la cosa es que Mater iba pasando por cada uno de nosotros fijándose la cosa postural cuando escucho:

-¡¿George, qué hacés?! -dice Mater entre la exasperación y la risa. George, que nunca hace de movida lo que le dicen y es experto en maniobras de distracción, empieza a murmurar cosas ininteligibles hasta que suelta:

-¡Este es el backstage!

Sólo Jorge puede largar una frase de esas sin que se le mueva un pelo (que es verdad que no tiene demasiados en la cabeza pero sí en las piernas). Demás está decir la carcajada que largué y a la mierda la postura.

Ese día, además, hubo una novedad que si se repite, voy a estar encantada, hicimos una relajación, tan profunda que quedé ahí, en una duermevela que me dejó flánida, flánida al son de Aqualáctica.


Y sí, claro, cómo no, queremos tanto a Mater.

sábado, 13 de octubre de 2012

Ex umbra in solem

Masaje plantal es el nombre inocente que le da Mater a una tortura de origen claramente medieval o chino. Como más te guste, el resultado es el mismo: dolor.
Ella, con esa cara de ojos grandes, con esa sonrisa enorme, con el gesto compasivo cuando le contamos algo que nos puso el cuerpo en jaque, con la atención que la caracteriza y la disposición a ayudarnos a superar el obstáculo; sí, ella, la misma que viste y calza, nos dice con esa carita, "hoy mejor masaje plantal que hace mucho que no hacemos". Y el Sensei disfruta, otro perverso. Otro perverso un año más viejo, al menos eso. ¡Ja! ¡Tomá, te lo dije!

Bien, la cosa empieza así. Primero se hace el chequeo de la columna. Juntás los pies; bien juntos el que puede, el que no al menos alineados. Las piernas rectas, rodillas estiradas y así vas inclinando el torso con la cabeza bien floja. Llegás hasta donde te da y sin insistir esperas que el cuerpo se acomode. Ojos abiertos. Te fijás hasta dónde llegaste. Pasa Mater, te mira la columna, festeja o no y una vez que te observó ya podés, lentamente, desandar el camino hasta erguirte, sin olvidar flexionar las rodillas para salir de la posición. La cabeza al final y despacio porque sino te mareás y nadie quiere irse a la mierda por perder el equilibrio lastimosamente.
Hecho esto, agarrás la pelotita de tenis y te la colacás debajo del pie (como muestra la imagen) y descargás el peso de tu cuerpo -y los tutú ninjas pesamos- sobre la pelotita. DOLOR. El pie recorre la superficie de la pelotita de adelante hacia atrás, aplastándola en el camino. DOLOR. El arco del pie está vivo, ¿saben? ¡Ah! ¿No sabían? Seee, está vivo. Y GRITA DE DOLOR. Mater hace caras, abre los ojos y los frunce a la vez -nosotros también- y se expresa con el consabido quejido teológico y yo además, a las puteadas limpias. Distraída como estaba sufriendo, me perdí el épico momento en que Marita le tiró un pelotazo al Sensei. Bien ahí, Marita.
Te decía que el arco está vivo. Otra parte del pie muy viva, pletórica de vida es el borde, ya sea el interno o el externo. DOLOR ahí también. Mater pretende que los deditos estén relajados. Yo doy gracias que mis dedos no salieron disparados del horror a buscar refugio en algún otro lugar del cuerpo, pero creo que están practicando para convertirse en retráctiles. Todavía me pregunto cómo carajo los vio, abajo de los zoquetes negros,a los deditos de mis pies y me dijo "relajalos". No se les escapa nada, mecacho. A ninguno de los dos. Lo bueno es que esa parte acolchadita no duele tanto como todo lo demás.
Cuando Mater considera que hemos sufrido lo suficiente, nos dice que saquemos la pelotita y que volvamos a hacer el chequeo. Si la parte de la pelotita la hiciste bien, lo más seguro es que puedas hermanarte con un orangután porque los brazos te van a llegar al suelo, las muñecas te hacen tope en el piso y la cara necesitaría que se abra un agujero entre las piernas para que puedas enterrar ahí el morro.


Algo así pero parados. Maginate. A algunos les sale más a otros menos, pero básicamente, esa es la postura.
No contenta con el segundo chequeo, nos paramos y colocamos la pelotita debajo del otro pie. Vuelta a empezar, el dolor, el quejido teológico, la puteada. No hay manera de zafar porque aunque ella también está ocupada sufriendo -al menos tiene ese mérito, hace lo mismo que nosotros-, el otro, sí, ése que hoy vino afeitado para que se le vea bien la sonrisita que goza con el sudor y el padecimiento de nuestros cuerpos, está atento como un águila en busca del ratón del almuerzo y al que ve correteando por el prado desde el cielo, el Sensei miramiramira y corrigecorrigecorrige. En realidad, eso hay que agradecerlo. ¡Pero el punto es que él no sufre y nosotros sí y no es justo!

Y vuelta el chequeo. Ahí ya no te hermanaste, sos el rey de los orangutanes. La reina en este caso.

Y recordando todo esto me puse a llorar otra vez. Con Janis Joplin de fondo que me canta "Cry baby". Tal cual.

Post Scriptum: la locución latina quiere decir "desde la sombra a la luz", que sin duda es lo que ellos hacen. Y por eso: GRACIAS.



martes, 2 de octubre de 2012

Que te corre, que te alcanza, que te pica

                                                          
                   
                                                                                     Source: Uploaded by user via Luna on Pinterest   

Antes de ir a la anécdota propiamente dicha, hay que hacer un par de aclaraciones. Bueh, tal vez sólo una. Y es esta:

El trabajo que hacemos en el grupo de gym y vagabundeo meta-intra-físico-psicoespiritual respeta, específicamente, una construcción que el niño estructura a la salida del complejo de Edipo, el superyó. El superyó es la internalización de la prohibición parental, es la entrada del niño a la cultura, es el NO, es la escala de valores que nos rige y nos permite hacer transacciones entre el deseo, la realidad y lo prohibido. El grado de dureza de esa voz que nos dice NO es harina de otro costal, por lo tanto eso no nos interesa aquí. Hecho el introito, paso a lo medular de la aclaración.
En el grupo habemus dos Maestros de la pendulesitud que con su ejemplo y guía nos mostraron -y nos muestran- los beneficios de la práctica del penduleo controlado que como todos sabemos nos lleva por la senda de la plena satisfacción de todos los órdenes de la humanidad que portamos desde tan chiquitos, o sea. Esos beneficios no son fruto del lassaiz faire, muy por el contrario, nacen de la impecabilidad en la ejecución de los movimientos pendulares. So, esa realización se lleva a cabo con directivas, esas directivas no sólo indican qué hay que hacer y cómo sino que señalan lo que bajo ninguna circunstancia hay que hacer. Todo lo que no hay que hacer opera como la prohibición parental, es un superpenduyó que se expresa así: bajá los hombros, tenés el cuello hiperextendido, tenélojhombroenlajoreja, noooooo, no bajen la pierna dando pisotes de elefante, controlá el movimiento y esas cosas. Dicho más llanamente, tenemos las voces de Mater y del Sensei sonando permanentemente en las orejas, en los momentos más insospechados (y cuando digo insospechados lo digo en serio), recitando con distintos grados de intensidad la prohibición del penduleo incontrolado.

Vivi, compañeraza del grupo, pasó un finde largo en una estancia, todo de puta madre, éxtasis total, tiempo y disposición al penduleo controlado al punto que decidió pendulear todo lo que pudiera. Encontró un lugar agradable y de pronto la caminata era un trote, tranqui pero trote al fin. El superpenduyó funcionando a pleno, ella re atenta a las voces, todo bien, todo perfecto, tomando conciencia de los límites -sabido es que los límites amplían la libertad aunque parezca un oxímoron- hasta que se encontró con un pavo real. Bello, como todos los pavos reales, pagado de sí mismo y más malo que la mierda. Pero eso no lo sabía Vivi que en un principio jaraneó con la emplumadísima ave multicolor. ¿Y qué pasó? Pasó que el exótico pajarraco se convirtió en una bestezuela de armas tomar y empezó a correr a nuestra compañera de venturas y desventuras. La corrió, la alcanzó y la picoteó. Así nomás.
Desde el día que lo contó que no puedo dejar de reírme cuando imagino la escena. Corrida, alcanzada y picoteada por un pavo real. Es alucinante. Psicodelia pura. Un penduleo incontrolado en technicolor, supongo que eso es un atenuante. Mater y Sensei deberían poder materializarse en determinados momentos...sólo en algunos, ejem. Me hubiera gustado saber qué hubieran sugerido en esa situación. pero se rieron mucho como todos nosotros. Y bien que hicieron porque fue genial.
La pendulesitud provoca estas cosas. "Uno con el universo" como dice el Sensei, tanto que terminás al alcance del pico desbocado de un pájaro casi celestial.

Post Scriptum ineludiblees que hay aves celestiales que se presentan así... bien podría ser el Sensei materializando uno de sus múltiples espíritus duales,en este caso, haciendose el pavo real perseguidor de temerosas y desprevenidas correcaminos!!!
el picotazo no será acaso la voz del superpenduyó en acto? nuestra feliz saltamontes no estaría excediendo sus límites caminacorredores en demasía?
no será éste un paradigmático ejemplo de la voz superyoica: los límites amplían la libertad siempre y cuando no te metas con la mía??!!!
me gusta más pensar que los cuerpos en movimiento son ilimitados en su espacialidad!! y la pobre ave se vio amenazada en su territorialidad de pavo real...
muchas hipótesis... muchas lecturas de un hecho que dejó su marca! 


Así dijo Mater Pato, que en la jerarquía pendular ostenta el doble título de guía y tutú ninja con jinetas.




viernes, 3 de agosto de 2012

Triskel

El trisquel ( o triskel) es un símbolo celta que simboliza la armonía de las tres dimensiones humanas: cuerpo, mente y espíritu. Armonía que da cuenta de un perpetuo aprendizaje y con él, la evolución. Y, como el ouroboros, representa el principio y el fin.

Si Leonardo viviera, diría que la pendulesitud es la divina proporción en movimiento. No en vano la representó en su hombre vitruviano. Mal que me pese, somos, nosotros y el universo, matemática pura dicha de otra manera.

El trisquel, en tanto pendulesitud, es un camino de autoconocimiento y de respeto por el cuerpo, por cada una de sus partes desplegada en sangre, músculos, tendones y huesos; es también la capacidad de re-flexionar que tiene la mente usando al cuerpo como vehículo de algo que lo excede: el espíritu. Queda claro, entonces, que cuando hablo de pendulesitud y de la manera en que ella se expresa -el penduleo controlado- estoy más allá de cualquier ironía porque es la primera vez que pude sumar el cuerpo a la díada en la que más confío.

Los Tutú-ninjas comprendemos intuitivamente de qué va esta unión maravillosamente inspirada por Mater y Sensei, por eso recorremos el camino espiralado con esfuerzo pero sin chocarnos.

domingo, 29 de julio de 2012

De cómo alguien dijo penduleo incontrolado y de ahí nos fuimos todos al carajo

La exégesis de la pendulesitud tuvo un momento fundacional que no ha quedado claro en la memoria de los que fueron parte primordial del acontecimiento...
Fue un día. No puedo decir con exactitud cuál ni describir el estado climático cosa de orientarnos con mayor exactitud. No hay datos externos que puedan ubicarnos en una primavera, ponéle. Aunque, seguramente fue antes de la misma. Digamos otoño...Vamos a ser claros, yo entré en el grupo alrededor de mayo y fue después de eso. Si ocurrió antes, no tengo evidencias antropológicas que lo avalen. Como sea, el factótum somos todos.
Lo que sí permanece como un faro que nos ilumina en la noche oscura del atracón desmedido es la frase penduleo incontrolado, no. A partir de allí se fueron desgranando máximas -entre jadeos y gotas de sudor, entre exclamaciones de cansancio y murmullos de odio, porque todo hay que decirlo- que nos llevaron despacio pero de forma implacable a la construcción de un andamiaje físico-teórico y por qué no ético y filosófico al que denominamos pendulesitud.
Pero esta denominación fue, como corresponde, posterior a la práctica...lo cual me lleva a pensar en una inspiración de lo que para mí es empirismo práctico sencillamente porque Hume me gusta. Otra raíz es netamente kantiana por eso del encuentro de la razón con la impresión sensible y de la relación que nace entre el sujeto y el objeto a través de esas categorías que Don Immanuel llamó tiempo y espacio y que nosotros conocemos tan bien. Sin eso no estaríamos acá hablando de estas cosas. En fin, que la práctica del penduleo precedió a la armazón de la cuestión teorética de la pendulesitud.
Tenemos, entonces, dos conceptos eminentemente prácticos como penduleo controlado y su antítesis, el penduleo incontrolado. Va de suyo que lo incontrolado está mal y aclararlo es casi una tautología. Por otra parte, nos encontramos ante el feliz hallazgo de algo que va más allá del concepto: la pendulesitud. Si el penduleo controlado es lo que nos lleva por la senda del bienestar psico-físico-espiritual y el penduleo incontrolado vulnera, casi diríamos, atropella ese bienestar, eso significa que existe una semántica que da cuenta de estos conceptos, que los dota de sentido y que ese sentido se da en un aquí y ahora de la existencia y que muestra una manera de habitar el mundo. Eso es, ni más ni menos, la pendulesitud.
Y aquí, de manera necesaria, me remito a lo ya escrito en otros postos porque toda repetición exagerada es maléfica y descoyuntura, sepalón, señores.

Escriba del Movimiento y al servicio del mismo, dejo constancia de los últimos agregados a los que no sé si incorporar al Decálogo o no, ustedes dirán:

  •  Si abrazás la pendulesitud a través de la práctica del penduleo controlado tu samsara será impecable. 
  • La pendulesitud conduce inevitablemente a la belleza. Cita que el Sensei Dragón Cronopio expandió así: Considérese también la máxima: "aquel que controlare su penduleo, no sólo mejorare, sino también embelleciere". Cito, además: "pendularem controlum largun vivirum".





jueves, 5 de julio de 2012

Gorgeous George

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George es una fuente inagotable de anécdotas. Los demás tutú ninjas no le llegamos ni a los talones. No sólo tiene las cosas donde quiere sino que ahora se rebela y no acata directivas de la superioridát.
A George le debemos el nombre del archivo del blog: la escápula perdida, clara alusión a la entrañable frase del Sensei, que reza:
 
 Jorge tiene el omóplato difuso y escurridizo.

lunes, 2 de julio de 2012

En chinito también

Encontré en Pinterest la definición de la relación de los que conformamos el Movimiento octogonal (y teniendo en cuenta que somos mucho más que dos):






















Es más lindo que estar presos del Síndrome de Estocolmo...voy a tener que redefinir un punto del Decálogo. Oops.

Ustedes no saben que pienso yo que es el destino: El destino es el azar en nuestras manos.

¿Full penduleo es penduleo descontrolado?


Porque incontrolado seguro que no es.




domingo, 1 de julio de 2012

Contracciones que no dan luz

Estábamos en una clase particularmente intensa, bajo el dominio, casi les diría ensañamiento, del Sensei, que estaba locuaz y con ganas de transmitir conceptos. Lo dijo, al concepto, pero en el medio de la bocanada de aire ganada con mérito, apenas si me quedó oxígeno para que circulara por los músculos, poco quedó para la neurona solitaria que me habita y hace sinapsis cuando puede con quien puede. So, que me fui de tema, me olvidé del dichoso concepto.

Buscándolo en la matrix, me encuentro con algo que se llama flexión de pie a pie. Se encuadraría dentro de la ejercitación de los accccdominales oblicuos y nunca los hemos hecho...todavía, vaya dios a saber por qué. Aquí les dejo el vapuleo en diagonal. Enjoy!







Post Scriptum: el concepto que el Sensei mencionó, dicho sea de paso, es: contracción isométrica. El vídeo lo saqué de acá.

viernes, 29 de junio de 2012

Senseishon

Se dice que el Sensei es el Decimoquinto avatar de Ryujin, el dios Dragón. Se le atribuyen poderes inconmensurables. Para mí que se golpeó la cabeza de chiquito y quedó así, suspendido entre dos mundos y cree que nos puede convertir en acróbatas. Como sea, es el impulsor desenfrenado de la pendulesitud y el enemigo declarado del penduleo incontrolado y de los hombros en las orejas. Su voz se escucha en los momentos más insospechados y te dice: "bajá los hombros", entre otras cosas.
Cada tanto, los Hombres Sensibles de Flores lo ven pasar al trote puteando subtes. Los cronopios juran y perjuran que le gusta repartir globos azules con piolas verdes y leyendas que dicen "muy bien". Los famas, esos pequeños buscapleitos, dicen que los globos están llenos de miguelitos para castigar a Jorge, a ver si de una vez encuentra los omóplatos. Pero el Sensei es incapaz de eso, los famas nos envidian porque ellos quieren venir a Prosam a encontrar llaves milagrosas y se pierden en las escaleras a las que los cronopios les ponen carteles del tipo "por acá se va a la terraza-bar" y se mueren de risa mientras se abanican entre pas de deux y rondat, versiones libres que ellos hacen cuando están felices.

jueves, 28 de junio de 2012

Mater es Mater

Mater es Mater. Ella se desliza. Vive en una verticalidad de junco, o sea, es flexible. Tiene manos de hada y hace maravillas con la acupresión. Sin embargo, detrás de esa sonrisa toda calma y serenidad, se esconde cierta perversidad porque pareciera que disfruta cuando nos pone las pelotitas en los isquiones y escucha nuestras exclamaciones de dolor. Se escuda en que el resultado final es la superación de la contractura, el logro de la relajación toda vez que con distintos elementos nos hace trabajar el eje postural.
Con ella usamos música. Y para eso el Sensei debe faltar. Ya arreglamos con los sindicatos de los subtes para que hagan paro más seguido así el Maestro pega el faltazo (shhhhhhhhhhh).
Se ríe y hace miradas cómplices que el Sensei no siempre pesca (ja). Y si no fuera porque es Mater, sería también una Tutú ninja.
Quiero a Mater.

domingo, 24 de junio de 2012

Decálogo del Movimiento octogonal

1# El penduleo es un arte.

2# El penduleo incontrolado es nocivo para el bienestar de la tríada mente-cuerpo-espíritu que conforma una unidad superior a la suma de sus partes.

3# El penduleo controlado es la máxima expresión de la pendulesitud, es un hiperrealismo mágico. Ergo, no se vuelve del penduleo controlado.


4# El penduleo controlado atenta contra el soliloquio en todas sus variantes.
Apostilla: es una construcción comunitaria de sujetos que operan bajo el Síndrome de Estocolmo. (Sufrís, te gusta, vas por más y amás a tus guías).

5# El penduleo controlado libera endorfinas.

6#  El penduleo incontrolado es abrumador.
Corolario: Es una sentadilla mal hecha, un ejercicio de gemelos que no se acaba nunca, una serie de abdominales cruzados en el infierno. Una pelotita clavada en el puto isquion.

7#  El penduleo controlado es anómalo en su naturaleza y específico en su construcción. Por eso el Ojo del Guía es un Ojo que Todo Lo Ve.
Corolario: no hay manera de zafar, te tienen cagando todo el tiempo.

8#  Mientras penduleás, la cosa es simple: no hay que tocarle a nadie los cojones, en ningún sentido.

9#  El penduleo controlado no debe confundirse JAMÁS con la simetría ortogonal.
Apostilla: Las simetrías ortogonales son movimientos rígidos. La composición de movimientos rígidos es otro movimiento rígido. La aplicación inversa de un movimiento rígido es otro movimiento rígido.
Corolario: va de suyo que la octogonalidad, muestra suficiente del penduleo poligonal y controlado, es lo contrario de la ortogonalidad, en tanto el penduleo controlado es la más acabada expresión de la plasticidad y el movimiento exótico y elástico del cual los tutú ninjas somos altos exponentes.


10#  La pendulesitud es una actitud ante la vida. Es vivenciar el aquí y ahora de nuestra experiencia. Es una gestalt constante plena de sentidos.

11# El penduleo controlado es. El penduleo incontrolado no es. Sin embargo, la pendulesitud alberga a ambos porque en el encuentro de los contrarios nace la impecabilidad. 

12# El penduleo descontrolado en algún momento termina en cambio el controlado es ilimitado e infinito.- Mater Pato dixit-

Movimiento octogonal

Somos activistas del Movimiento Octogonal.

Creemos en la liberación infinita que nos otorga el penduleo poligonal, existencialista y tántrico. Un penduleo cuyo objetivo primordial es el cambio de posición subjetiva a nivel físico, mental y espiritual merced al cual estallamos como supernovas, creamos el caos originario y de ahí salimos como podemos,  generalmente erectos, a veces arrastrándanos pero nunca humillados ni vencidos.

Bienvenidos.